Durante los últimos meses se han conocido diversos casos en que funcionarios de Gendarmería de Chile han sido corrompidos por internos para ingresar drogas, teléfonos celulares y otros elementos prohibidos a las cárceles del país.
Uno de los casos más recientes involucró a un suboficial de Gendarmería, detenido en la cárcel Colina 1, mientras intentaba ingresar una mochila con drogas, teléfonos, una pistola y municiones. Según la investigación, cada envío tenía un valor aproximado de 100 mil pesos, y el funcionario podría haber llegado a ganar hasta 4 millones de pesos mensuales por estas acciones ilícitas, según Fiscalía.
La investigación sobre el suboficial comenzó en 2023, tras conocerse antecedentes sobre su coordinación con internos para ingresar elementos prohibidos a cambio de dinero. En su tiempo libre, el ahora exgendarme, recogía encomiendas en casas de familiares de los reclusos y las introducía en el penal, ocultándolas en su uniforme.
«Deshonran el uniforme»
Jannsen Albornoz, dirigente de la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería (Ansog), declaró que los funcionarios que protagonizan hechos de este tipo «deshonran el uniforme verde boldo» que llevan con orgullo los más de 1.800 funcionarios de Gendarmería de Chile. También calificó que se trata de «hechos aislados que deben ser investigados, condenados y encarcelados».