Activos, cariñosos -a su forma-, perezosos, dormilones, independientes, todo eso y más podrían ser formas de describir a los gatos, simpáticos animales de compañía que tienen muchas particulares que, quizás, desconocías.
El Día Internacional del Gato se celebra todos los día 8 de agosto, ganándose un lugar en el corazón de todos los amantes de los animales.
Se cree que los gatos surgieron en nuestro planeta antes que los perros pero, por el contrario, han sido de los más difíciles de domesticar.
Culturas tan importantes como la egipcia rendían culto y adoración a estos felinos, el robar un gato podía penarse con la muerte; eran cazadores de roedores muy valorados por qué evitaban plagas. La consideración que tenía este animal dentro del Antiguo Egipto era tan alta que si moría todos los miembros de la familia se depilaban las cejas como muestra de duelo.
Quizás sea sólo simple casualidad pero en egipcio gato se dice/escribe como “mau”.
Una particularidad que tiene el gato adulto que es sólo maullará para comunicarse con las personas, con los seres humanos que le rodean. Igualmente los gatos, por lo general, suelen ser zurdos y las gatas son diestras.
El olfato de los gatos es muy sensible, sus fosas nasales tienen 19 millones de terminaciones nerviosas las de las personas sólo llega a 5 millones, la diferencia es notable.
Los bigotes de los gatos tienen mucha importancia pues sirven para calcular el espacio que tienen y para medir la distancia con otro objeto y orientarse, son muy importantes para ellos. Son como sensores.
De su sentido del gusto debemos saber que estos simpáticos animales no tienen sentido del sabor dulce, sus papilas gustativas carecen del mismo.
Como más les gusta estar a los gatos es dormidos o en estado somnolente, de media se calcula que pueden estar así por un espacio de 16 horas diarias.
Son muy parecidos al ser humano, así nos lo dice la Ciencia que afirma que su cerebro se parece, al 90%, al de las personas, hay más similitudes con ellos que con los otros animales queridos de compañía: los perros.
Pese a la leyenda que vincula a los gatos con la lactosa hay que decir que con el paso del tiempo, a medida que el animal crece, se vuelve intolerantes a la lactosa y no es bueno que la tomen.
Su memoria es muy buena, a largo plazo es mejor que la de los perros, y suelen aprender cosas cuando las van haciendo; ya no la olvidan más.
Su forma de sudar es curiosa, lo hacen a través de las patas o de las manos.
Son muy ágiles y pueden saltar hasta 6 veces lo que ellos miden.
Pueden generar más de 100 sonidos, los perros -como comparativa- sólo pueden 10.
Un gato tiene la capacidad de cambiar su maullido en función de lo que quieran, igualmente pueden imitar la forma de llorar de un bebé para conseguir comida.
Las orejas de estos felinos son muy curiosas pues están dotadas de 36 músculos cada una de ella y son como una especie de antena parabólica que pueden orientar hacia la fuente de sonido sin problemas. La pueden girar hasta 180º sin ninguna dificultad y por separado cada una de ellas.
Cuando uno de estos animales frota su cuerpo o la cabeza contra un objeto o con alguien es que está marcando el territorio.
Se dice que obedecen mejor a las mujeres que a los hombres por que perciben los sonidos agudos mejor, y la forma de hablar de las mujeres se corresponde con ese timbre de voz agudo.
Su capacidad auditiva es muy elevada pues son capaces de oír sonidos a 64 kHz. El ser humano sólo alcanza los 20 kHz.
Si alguna vez ves a un gato arañar objetos verticales es debido a que les relaja, activa la circulación y tonifica su cuerpo. Esto es muy importante para ellos.
Es muy desconocido pero un gato fue alcalde de Talkeetna, Alaska (Estados Unidos) por 15 años; se llamaba Stubbs. Otro estuvo a punto de ser alcalde de Ciudad de México en 2013, aunque parezca broma fue así.
Es una parte de las supersticiones decir que los gatos negros dan mala suerte, pero en Australia y Reino unido es todo lo contrario. Viene de tiempos en los que se relacionaba a estos animales con las brujas y las prácticas hechiceras.
Los gatos silban como forma de protección para ellos mismos y demostrar que son peligrosos, imitan a las serpientes; y no es la única similitud que tienen con estos animales pues igual que las serpientes tienen el llamado órgano de Jacobson, un órgano auxiliar del sentido del olfato localizado en el hueso vómer, que está ubicado entre la nariz y la boca. Cuando un gato está fijo con la boca abierta es que está oliendo.
Si uno de ellos te ofrece la panza es que está a gusto y tiene confianza en ti.
Tienen un punto ciego por el que no ven: justo lo que está debajo de su nariz.
En el Libro Guinness de los Récords encontramos al gato más viejo del mundo, su nombre es Nutmeg, es de Texas (Estados Unidos), con más de una treintena de años.
A estos animales no les gusta el agua porque si se les moja su piel no les aisla bien y se sienten incómodos, es mejor no mojarlos. Son capaces de beber agua y no mojarse, aunque hay gatos a los que les gusta.
Como las huellas dactilares del ser humano la nariz de estos felinos son diferentes de unos a otros, son únicas y distintivas.
Su áspera lengua la forman unas especie de pelos rígidos o ganchos que les ayuda a desgarrar el alimento.
Son muy higiénicos y por ello cuando hacen sus necesidades suelen cubrirlo de arena para esconder el olor y alejar a sus depredadores naturales.
Hubo grandes conquistadores que tenían pánico a los gatos, por ejemplo Napoleón y Julio César.
Son curiosidades de los gatos, animales que aman la independencia y la tranquilidad pero también gustan de una caricia de ese ser humano con el que vive, aunque ya se sabe: “es la persona la que vive con el gato y no el gato el que vive con la persona”.
Fuente: El Correo